En blogs anteriores hemos mencionado las humedades por capilaridad y condensación, en el caso de la humedad por condensación, es un tipo de humedad que tiene como origen el vapor de agua que se contiene en el aire, condensándose hasta alcanzar su punto de rocío; por su parte, la humedad por capilaridad se produce por la elevación del agua del suelo por los elementos constructivos.
Ahora bien, además de estos dos tipos de humedades, es muy común encontrarnos con humedades por filtraciones. Como su nombre indica, de este tipo de patología se provoca por el acceso del agua por huecos, por el deterioro o la inexistencia de las impermeabilizaciones de los elementos constructivos externos de los edificios. Esta falta de impermeabilización provocaría la penetración del agua en forma de goteras o minúsculas filtraciones, dando lugar a la aparición de manchas.
El agua degrada y deteriora la estructura, pudiendo llevar a medio y largo plazo a consecuencias complejas de reparar o irreversibles. Además, los problemas de humedad no sólo son perjudiciales para la construcción, sino que pueden causar graves problemas en la salud de los habitantes.
Como principales causas, además de las impermeabilizaciones inadecuadas como acabamos de mencionar, la mala calidad de aislantes y revestimientos pueden provocar humedades por filtración.
El agente de esta patología es la presión hidrostática, una fuerza que actúa sobre los elementos constructivos empujando el agua a través de juntas, poros o grietas de los materiales hacia su interior. Es por esto, que, en los meses con mayor incidencia de precipitaciones, hay mayor riesgo de que aparezcan los problemas por este tipo de humedades, además, es el peor momento para realizar en nuestra vivienda alguna reparación.
Por lo general, encontramos este tipo de humedades en elementos como muros, instalaciones, azoteas o tejados.
Es muy frecuente la aparición de humedades por filtración en muros de sótanos, ya que el agua existente en las tierras se mantiene en contacto directo con estos elementos, filtrándose por los mismos y pudiendo generar serios problemas en el material, así como fallos en las instalaciones eléctricas, desprendimiento de los revestimientos interiores o daños a nivel estructural del edificio. En este caso, el agua se acumularía por falta de drenaje en el terreno, que, sumado a la falta de impermeabilización, provoca la entrada del agua en la vivienda, creando un ambiente insalubre, con humedades y no habitable.
La presencia de humedades por filtración en instalaciones como tuberías de agua potable o de radiadores que se producen por defectos de estanqueidad en uniones o por el propio deterioro del tiempo también son comunes, son manchas por escapes o fugas de agua, marcadas por una línea de contorno con el escape en su centro o de formas más alargadas sin la entrada es más generalizada. Los falsos techos pueden confundirnos a la hora de ubicar el sitio de la fuga al igual que los conductos de agua caliente, ya que puede estar el escape lejos del sitio de la mancha. Además, son de normal confusión también las fugas en paredes alicatadas o forradas de material impermeable, ya que el agua que no puede salir hacia el exterior, va humedeciendo la pared hasta que se hace evidente en la superficie.
Por último, el caso más común de todos es la humedad por filtración procedente de cubiertas (tejados y terrazas superiores). Se producen en su mayoría durante el período de lluvias, por falta de impermeabilización o mantenimiento. El agua se desliza hacia abajo cuando entra en contacto con una azotea o tejado, aunque estén instalados canalones, pendientes o sumideros, el agua puede encontrar otras vías de escape o estancarse.
La degradación estructural, la oxidación del hierro o la formación de moho y hongos son las consecuencias más comunes de la humedad por filtración, por ello es imprescindible darnos cuenta a tiempo para reparar estas humedades.
Para prevenirla, es fundamental la impermeabilización de todos los lugares que estén expuestos al contacto con el agua, además, en tejados se debe llevar un cuidado especial, ya que es común que haya una mala colocación o ajuste de tejas cuando se colocan en tejados inclinados. Algunos de los productos que solucionan de forma temporal los problemas de humedad son el uso de pintura elástica impermeabilizante (en capa gruesa sobre medianeras y terrazas), la aplicación de una membrana impermeabilizante líquida en base acuosa o de un aditivo para mezclar con cemento y el revestimiento con elástico impermeable no asfáltico.
Es recomendable el asesoramiento de un técnico para localizar y valorar la filtración de agua, para orientarnos sobre la solución más adecuada para obtener la impermeabilización definitiva, el tratamiento acertado para el problema sólo se puede realizar tras una evaluación cuidadosa de la humedad.