El titular da un poco de miedo, lo reconocemos; antes de empezar, tranquilicémonos todos: errores cruciales, lo que se dice cruciales, hay pocos. La mayoría de errores, incluso los que se comenten al solicitar una tasación inmobiliaria, son reversibles. Y por supuesto, evitables.
Si vas a solicitar una tasación, no cometas estos errores.
1. Solicitar la tasación en el momento equivocado
Un error común es solicitar una tasación demasiado pronto (o demasiado tarde, si eres de quienes lo deja todo para ultimísima hora; los tasadores somos rápidos, pero también necesitamos tiempo). Recuerda que las tasaciones tienen un período de validez específico, generalmente de seis meses (sobre todo, las inmobiliarias). Solicitar una tasación con mucha antelación podría implicar la necesidad de repetirla, lo que implicaría, claro, costes adicionales.
El ejemplo típico es solicitar una tasación de una vivienda cuando se pone a la venta, pensando que estará poco tiempo en el mercado. Si no es así, o si los trámites se alargan, habrá que repetir la tasación, incurriendo en costes a negociar con el comprador.
2. Confundir tasación con valor de mercado
Es fácil confundirse aquí. La tasación es un diagnóstico profesional de tu propiedad, basada en criterios estrictos, mientras que el valor de mercado, en realidad, es simplemente lo que alguien está dispuesto a pagar, y este valor, además puede fluctuar según diversos factores, tanto racionales como emocionales. Muchos propietarios se sorprenden cuando la cifra de tasación no coincide con sus expectativas o con ofertas recibidas.
Por ejemplo, un propietario puede encontrar que la tasación oficial es inferior al precio al que tenía previsto vender su vivienda, porque el inmueble está sujeto al decreto de VPO (o por algún factor similar). Aquí lo importante es recordar que una tasación es siempre, por definición, ajustada a la legalidad. Y que es una herramienta de venta, no necesariamente una cifra de acuerdo.
3. No tener un interés legítimo sobre el inmueble
A veces, se cometen errores que van en contra del puro sentido común. Quizás te parezca innecesario recordarlo, pero, para realizar una tasación, es necesario tener un interés legítimo en la propiedad. Es crucial para acceder a la información necesaria, como la nota simple, y para permitir el acceso al inmueble del tasador.
Un caso frecuente es querer tasar una vivienda heredada antes de completar los trámites legales de sucesión (que, todos sabemos, pueden alargarse en el tiempo, si hay disputas). Sin tener un interés o permiso reconocido, no se podrá realizar la tasación.
4. Creer que la tasación no tiene valor oficial
La tasación no es solo una valoración subjetiva, una cifra escrita en un papel cualquiera; es un documento oficial realizado por un experto colegiado y reconocido legalmente para emitir un juicio de valor (y que ha realizado una formación específica. Por lo tanto, tiene validez legal y puede ser utilizado en futuros litigios. No es algo que se pueda negociar informalmente con el tasador.
¿Cómo puede afectarte ignorar el valor oficial de una tasación? Por ejemplo, en caso de disputa, si no estás de acuerdo con la tasación que ha presentado la parte contraria, deberás presentar una alternativa, realizada por otro tasador oficial (ya te adelantamos que las diferencias entre las dos serán mínimas).
Pero no podrás “impugnarla”, sin más.
5. Intentar engañar al tasador
¿Te acuerdas del viejo, y algo cínico, dicho “Hay tres personas a las que nunca deberías engañar: a tu médico, a tu abogado y a tu cura”? Puedes añadir una cuarta figura: tu tasador. No vamos a presumir de que sea imposible engañarnos (aunque difícil sí que es, que conste), sino a asegurarte de que no tiene sentido tratar de hacerlo.
A veces, algunos propietarios piensan que pueden ocultar defectos o exagerar las virtudes de su inmueble; actuar de este modo es una pérdida de tiempo. Recuerda que aunque tú hayas solicitado la tasación, el tasador no está “a tus órdenes”, sino que está legalmente obligado a realizar una tasación profesional y lo más exhaustiva posible.
6. No proporcionar toda la información necesaria
De nuevo, se trata de emplear el sentido común y no hacerle perder el tiempo a nadie: si de verdad necesitas una tasación, también necesitas que sea lo más correcta posible. Omitir información crucial puede llegar a imposibilitar el proceso (si no proporcionas la nota simple, o las escrituras, por ejemplo).
El error de este tipo más habitual es tratar de ocultar detalles sobre la situación real del inmueble, como impagos o reformas que están en proceso de regulación legal. Gana tiempo y evítate problemas: prepara toda la documentación relevante antes de la tasación.
7. Pensar que una tasación evita todos los problemas
Como en algunos puntos hemos presumido un poco, toca ahora poner los pies en la tierra: tristemente, por más que una tasación tenga un valor oficial reconocido, en situaciones delicadas, puede no ser aceptada sin más por todos los litigantes.
El ejemplo prototípico es una disputa de herencias; es muy probable que las diferentes partes presenten tasaciones alternativas. Pero, como ya te hemos comentado, la buena noticia es que, también con toda probabilidad, serán muy similares.
8. No solicitar tasación para bienes no inmuebles
Muchos ignoran que se pueden tasar otros bienes, además de los inmuebles. Puedes obtener una tasación oficial de muy diversos activos, desde obras de arte hasta joyas. De hecho, no es raro infraestimar el valor de algunos bienes (y, por lo tanto, pensar que no “sale a cuenta tasarlos”; a poco valor que tengan, te aseguramos de que sí conviene hacerlo).
En nuestro día a día nos encontramos con todo tipo de situaciones de este tipo. Un ejemplo real es el de un coleccionista de Bilbao, que solicitó una tasación para su colección de relojes antiguos antes de subastarlos. Gracias a esto, pudo establecer precios mínimos adecuados y obtener mejores ofertas durante la venta.
9. Optar por una tasación sin visita personal
A todos nos gusta poder hacer trámites online (y no solo trámites). Cuantos más, mejor. Nosotros, por supuesto, no somos una excepción, pero sí sabemos que, en nuestro sector, hay excepciones. De hecho, afirmaríamos que, más que una excepción, la tasación personal in situ es insustituible. Y no solo por el factor humano y el intercambio de información cara a cara entre el solicitante y el tasador, que también, sino sobre todo porque una tasación basada únicamente en documentos y fotos siempre será menos precisa (es cierto que, en ciertos casos concretos, puede ser la única opción viable). Una visita personal de un tasador siempre permite una evaluación más detallada y realista de la propiedad.
Los tasadores, por ejemplo, disponen de una información muy actualizada sobre las tendencias de los mercados (y quizás esto no se conozca demasiado fuera del sector); en una visita personal a un inmueble puede ver elementos, detalles o características que, quizás, al no considerarlas importantes, el solicitante no haya incluido en un envío de información online.
10. Actuar antes de consultar
Quizás esto se entienda mejor con un caso hipotético. Imagínate que has decidido realizar reformas en un inmueble con la intención de aumentar su potencial valor de venta. Puedes, por ejemplo, invertir dinero en reformas estéticas que no tengan un claro valor estratégico. Una forma más inteligente (y con más potencial de retorno) de hacer reformas sería centrarse en la eficiencia energética: los gustos son personales, pero las cifras de ahorro son cálculos estrictos.
¿Cómo podrías evitar cometer errores de este tipo? Consultando a un tasador antes de realizar las reformas, en vez de llevarlas a cabo y solicitar la tasación a posteriori.
En definitiva, evitar estos errores comunes te ayudará a obtener una tasación más precisa y útil, ahorrando tiempo, dinero, esfuerzos y, lo más importante, problemas.
Y si tienes dudas, solo tienes que ponerte en contacto con nosotros.
