Adquirir una vivienda de segunda mano puede ser una opción atractiva para muchos compradores, ya que a menudo se pueden conseguir por precios más bajos que un inmueble de obra nueva. Sin embargo, detrás de la apariencia de una oferta tentadora pueden ocultarse problemas inesperados: los vicios ocultos.
Estos defectos que no se encuentran a simple vista, pueden generar costosos inconvenientes y preocupaciones para los propietarios. En este artículo te explicaremos qué son los vicios ocultos, qué vicios ocultos nos podemos encontrar y cómo podemos reclamarlos.
Los vicios ocultos son defectos que afectan la habitabilidad o el uso normal de una vivienda y que, además, no eran conocidos por el comprador en el momento de la adquisición. A diferencia de los defectos visibles, los vicios ocultos cuentan con la particularidad de que son revelados después de la compra, cuando el nuevo propietario comienza a utilizar la propiedad.
El término se encuentra definido en el Código Civil, en el artículo 1484. Este mismo artículo establece que «el vendedor estará obligado al saneamiento por los defectos ocultos que tuviere la cosa vendida, si la hacen impropia para el uso a que se la destina, o si disminuyen de tal modo este uso que, de haberlos conocido el comprador, no la habría adquirido o habría dado menos precio por ella».
Son muchas las circunstancias pueden contribuir a la aparición de vicios ocultos en viviendas de segunda mano. El envejecimiento de las instalaciones es uno de los principales factores, ya que sistemas como la plomería, la electricidad o la estructura misma pueden haber sufrido desgaste con el tiempo. Además, un mantenimiento deficiente por parte de los propietarios anteriores o reformas mal ejecutadas pueden generar problemas difíciles de detectar en un par de visitas.
Descubrir vicios ocultos después de la compra, no solo implica enfrentar costosas reparaciones y modificaciones con las que no se cuenta, sino que también puede afectar aspectos muy delicados de la vida de los habitantes de vivienda como la salud y seguridad. También es importante tomar en cuenta que existe la posibilidad de que se llegue a disputas legales entre el comprador y el vendedor.
En este punto, es normal que te preguntes «¿cómo puedo identificar vicios ocultos antes de comprar?»
Si bien es difícil detectar todos los vicios ocultos antes de comprar una vivienda de segunda mano, existen medidas preventivas que los compradores pueden tomar para reducir el riesgo. Contratar una Due Diligence, es decir, una auditoría que te permita conocer el estado general de inmueble con el objetivo de minimizar riesgos en la inversión, es muy recomendable.
Los requisitos que se deben cumplir para poder reclamar los vicios ocultos, son los siguientes:
- Que el defecto haya existido con anterioridad a la adquisición del inmueble
- Que este sea realmente relevante o de cierta gravedad
- Que no haya estado a la vista del comprador al momento de la compraventa
Es muy importante tener en cuenta que para reclamar los vicios ocultos existe un plazo de seis meses desde la adquisición del inmueble y que la ley reguladora es el Código Civil.
La compra de una vivienda de segunda mano puede ser una excelente opción para aquellos que buscan una alternativa más accesible en el mercado inmobiliario. Sin embargo, tomar precauciones como la contratación de una Due Diligence, puede ahorrarnos dolores de cabeza y proteger los intereses a largo plazo del comprador.
Recuerda que contar con el asesoramiento de profesionales y ser consciente de los derechos legales son pasos claves para evitar sorpresas desagradables en el futuro y disfrutar plenamente de la nueva vivienda.
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